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¿Cómo se redacta un texto narrativo?

En toda narración o relato hay que considerar, en primer lugar, la ficción o historia que se va a contar. Ella está constituida por un conjunto de acontecimientos o acciones que se suceden y encadenan entre sí, y que constituyen la trama.

La historia se estructura, normalmente, en el orden cronológico de los acontecimientos principales desde una situación inicial a una situación final. Sin embargo, un relato bien construido no sólo consta del encadenamiento temporal de los acontecimientos; a éstos se les suele añadir otros elementos tales como descripciones, diálogos y reflexiones.

Para redactar una pequeña historia aconsejamos seguir los siguientes pasos:

Elección de un conflicto apropiado para la historia.
Selección del tipo de narrador y punto de vista.
Organización de la trama o acción.
Desarrollo de los personajes por medio de la descripción, diálogo y acción.
Creación del marco o ambiente de la historia mediante la descripción de lugares     y tiempos.

CUÁNDO (TIEMPO)

¿Tu historia se sitúa en un tiempo determinado?

¿Cuál?: ¿pasado? ¿Presente? ¿Futuro?¿Puedes concretarlo más? ¿Habrá algún salto en el tiempo o siempre pasa en la misma época?


En este apartado debes prestar atención al uso de los tiempos verbales.



DÓNDE (ESPACIO)

¿En qué lugar transcurre la historia? ¿Siempre sucede en el mismo lugar o hay cambios?

Es conveniente dar detalles de los ambientes y los lugares.


QUIÉN o QUIÉNES (PERSONAJES)

¿Quién o quiénes serán los protagonistas? ¿Cómo se llaman, cómo actúan, qué sienten...? ¿Son policías y ladrones, o hadas, o extraterrestres, o animales, o príncipes encantados, u oficinistas, o hackers o...? (Debes explicar algunas características de los personajes, bien físicas, bien psicológicas)

¿Habrá otros personajes? ¿Cuál será su papel en la historia?


                                 
QUÉ (ACCIÓN)

¿Las situaciones que viven los personajes son reales o ficticias?

¿En qué situaciones se ve envuelto el protagonista? ¿Las ha provocado él voluntariamente o no? ¿No puede evitarlas?

                                 
QUIÉN CUENTA LA HISTORIA (NARRADOR)

               
¿Quién cuenta la historia? ¿Es un narrador que todo lo sabe (omnisciente) o un mero observador?

               
No olvides que el protagonista también puedes ser tú mismo, en ese caso, la historia será autobiográfica.

                                 
DE QUÉ TRATA (TEMA)

               
Las historias pueden ser de terror, de amor, de intriga, de ciencia-ficción... ¿Cómo clasificarías la tuya?


               

               
CÓMO LA CUENTAS (TONO)

               
¿Es la tuya una historia seria, humorística, moralizante...?

                                 
A QUIÉN VA DIRIGIDA (DESTINATARIO)

               
¿Es una historia para adultos, para jóvenes, para niños?



Un mito es un relato tradicional basado en antiguas creencias de diferentes comunidades y que presenta explicaciones sobrenaturales de hechos o fenómenos naturales. El relato mítico está relacionado con creencias religiosas, por lo que es asociado con un carácter ritual; es decir, presenta elementos invariables (que se repiten) y se distingue por su perdurabilidad a través del tiempo.



Mito la Madre de Agua
Esta mujer solo persigue a niños, a quienes se le dirige con ternura, los enamora, los atrae con dulzura y amor maternal, situación que preocupa a los padres de familia. Los niños atraídos por la Madre de agua se enferman, sueñan con la hermosa rubia que los adora y la llaman con frecuencia. Cuando los niños están cerca del río, que escuchan su voz la siguen tirándose al agua con peligro.


Los campesinos creen que la Madre de agua surgió de una bella joven española que se enamoró de un joven indígena, con quien tuvo un niño. Cuando el padre de la joven se enteró de lo sucedido, ahogó al niño frente a sus padres, luego mató al amante indígena. La madre desesperada se lanzó al río, convirtiéndose en una apasionada por los niños y vengativa de la humanidad.


Mito el Cóndor
En un pueblo un hombre vivía con su hija, ella tenía como tarea cuidar a las ovejas. Todos los días iba un joven a visitarla mientras ella cuidaba las ovejas, hasta que un día se hicieron buenos amigos.
Un día soleado empezaron a jugar a que él la cargaba y ella a él, cuando de pronto ella se dio cuenta que estaba volando. Desde ese día el joven se convirtió en su cóndor, él la cuidaba, la alimentaba. Pasaron muchos años los dos crecieron tuvieron hijos, pero ella no dejaba de pensar en su padre y todas las noches lloraba ya que había abandonado a su padre y lo había dejado solo con los animales.
Un día ella se encontraba regando las flores y encontró a una mariposa la cual le pidió ayuda para volver a ver a su padre, la mariposa le dijo al cóndor que su esposa y sus hijos habían desaparecido, mientras la mariposa hablaba con el esposo ella escapaba con sus hijos y regresaba con su padre.
Desde que ella regresó con su padre, el cóndor jamás volvió, ella todos los días volaba para ver si veía al cóndor pero nunca más lo volvió a ver.

Hades y Perséfone

El mito corto del día de hoy, habla acerca de una historia tan interesante como emotiva. Perséfone era hija de Démeter, la diosa de la Tierra y la agricultura. Siempre solía correr por los bosques, en compañía de ninfas como ella, para recoger todo tipo de flores y cuidar de ellas, tal y como le había enseñado su madre. Ella era muy feliz viviendo de esa manera y le encantaba caminar bajo el sol.
Pero sucedió que un día Hades, que era el dios de la tierra de los muertos o Inframundo, se encontraba paseando fuera de sus terrenos y se internó en lo más profundo del bosque, donde habitaban las ninfas.
Allí fue donde vió por primera vez a Perséfone, quien bailaba con tanta gracia y alegria, que el dios inmediatemente quedó prendado de ella.
Fue así que comenzó a urdir un plan para casarse con la muchacha. Encantó una de las flores en el bosque y en cuanto Perséfone acudió a recogerla, observó la tierra abrirse bajo sus pies, conduciéndola hasta los confines del Inframundo. Y desde entonces no se volvió a saber de ella.
Démeter, desesperada ante la desaparición de su hija, la buscó por nueve días y nueve noches, hasta que el Sol le contó lo que había presenciado, intuyendo que la ninfa se hallaba con Hades.
Llena de furia, Démeter bajo a sus dominios abandonando la Tierra, que sin sus cuidados se quedó estéril y dejo de dar frutos. La diosa estaba dispuesta a regresar en compañía de su hija pero era demasiado tarde. Ella se había casado con Hades y comido la semillas de una granada, que era la fruta del Inframundo. Por lo que le estaba prohibido regresar.

Pero Zeus intercediendo por Démeter, llegó a un acuerdo con Hades. Perséfone pasaría la mitad del año con él y la otra con su madre. Y así fue. Y cada vez que la ninfa regresaba a la Tierra, traía consigo la primavera y todo se llenaba de flores.

Thor, dios del trueno

Thor es un personaje de la mitología nórdica a quien se le llamaba “el dios del trueno”, debido a que siempre portaba un martillo, con el podía provocar la lluvia y los relámpagos en el cielo.
Dicho instrumento siempre regresaba a sus manos, sin importar que tan lejos fuera lanzado y para hacer uso de él, se decía que Thor llevaba unos gruesos guantes de hierro y un cinturón que duplicaba su fuerza.

Antiguamente, los habitantes de las tierras nórdicas lo asociaban con la guerra, debido a que Thor poseía una fuerza descomunal, que ningún hombre o dios podían igualar. A pesar de caracterizarse por tener un cáracter violento, era común que se prestara para ayudar a quién lo necesitaba, siempre que las causas fueran justas.
El mito nos cuenta que este dios residía en la tierra de Asgard, y podía salir de ella viajando en un carro tirado por dos cabríos, llamados Tanngrísnir y Tanngnióst, los cuales también estaban dotados con el poder de la resurección, de modo que Thor podía alimentarse de su carne cuantas veces quisiera. También acostumbraba ir acompañado de dos jóvenes hermanos, que le servían en sus aventuras: Tialfi y Roskva.
Como suele suceder en todas las historias, el dios del trueno tenía un enemigo, la serpiente del Midgard o Jörmundgander; una criatura monstruosa que vivía en el océano y que estaba destinada a enfrentarse con Thor durante el Ragnarok o Día del Juicio Final.
Además de esto, él también solía pelear en batallas contra los gigantes de la escarcha, aunque estos no eran considerados tan peligrosos como la serpiente.

Su mansión Bilskírnir, se encuentra en sus tierras dentro de Asgard, llamadas Trudvangar, y en ella viven también su esposa Sif, sus hijos Magni y Módi, y su hijastro Ull.
es una composición literaria sencilla y breve, en verso o prosa, con personajes que generalmente son animales o seres inanimados. Estas composiciones literarias pueden ir enmarcadas en la didáctica, ya que buscan enseñar verdades morales que se resume en la moraleja, al final del relato.

Las fábulas tienen doble intención. Por una parte, nos entretienen y deleitan; por otra, pretenden dejarnos una lección, preferentemente moral, que contribuye a nuestro crecimiento espiritual.

El Maestro y el Discípulo


¡Auxilio, auxilio! —gritaba un niño que se debatía en las aguas de un río.

Era uno de los estudiantes que, con su maestro, realizaban un paseo por la orilla de un torrente.

El maestro tomó un salvavidas y se dirigió al lugar de donde provenían los gritos, comprobando que uno de sus discípulos estaba a punto de perecer.

— ¿Qué te ocurre? —preguntó el maestro, al mismo tiempo que, con cuidado, le arrojó el salvavidas.

—Creí que sabía nadar y arrojé los flotadores —contestó el muchacho, aferrándose al salvavidas.

—Vuelve a tomar lecciones de quien te enseñaba y no despidas a los maestros mientras no estés seguro de tu aprendizaje.

MORALEJA
Más enseñan buenas acciones, que excelentes sermones

El Toro y Las Cabras Amigas



En un hermoso prado, un toro y tres cabras jugaban muy contentos y se hicieron buenos amigos.

A lo lejos, eran observados por un perro vagabundo, que no alcanzaba a comprender y pensó:

—Qué hace ese robusto y enorme toro, viviendo con esas cabras, tan flacas y feas como un esternón.

Un día, que el toro se encontraba solo, el perro le hizo conocer lo que pensaba y le dijo:

—Tú, tan fuerte, al lado de esas flacas cabras, creerán los demás que tú eres débil.

Reflexionando el toro, se alejó de sus amigas. Pasando largo tiempo en soledad, dijo para sí:

—Si yo con ellas tanto me divertía, ¿por qué hice caso a un sucio y envidioso perro, a quien no conocía?

Así pudo reencontrarse con sus amigas. Al disculparse, les prometió una eterna amistad.

MORALEJA
A la amistad la aleja,
Quien con envidia aconseja.
El Asno, el Perro y el Lobo

Caminaban penosamente bajo el Sol, un asno con su carga y el amo seguido del perro.

Llegados a la pradera, el amo cansado se echó a dormir; el burro, entonces, se puso a pacer libremente y solo el perro quedó en peor estado que cuando andaba.

—Compañero, amigo —le dijo al asno— ¿por qué no me haces un espacio para tomar algo de la cesta? El burro respondió, —¿por qué no te esperas un poquito a que despierte el amo y él te sirva la merienda?

De repente, varió la situación por completo, pues un lobo, que acechaba al grupo, se arrojó sobre el cuello del asno.


—¡Socórreme, compañero —gritaba el burro en su agonía—, pero el perro, contemplando la escena desde una altura, repuso: —¿por qué no te esperas un poquito a que despierte el amo y te socorra?

MORALEJA
Si no das oportuna ayuda,
no esperes que ésta a ti acuda.
Es una narración oral o escrita, con una mayor o menor proporción de elementos imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o basada en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad. Sin importar la extensión que tenga -aunque por lo general es corta- el rasgo que la define es su tema. La leyenda siempre es un relato que pretende explicar un fenómeno natural -como las tempestades, los lagos, los terremotos-, contando una historia fantástica.

Las leyendas contienen casi siempre un núcleo básicamente histórico, ampliado en mayor o menor grado con episodios imaginativos. La aparición de los mismos puede depender de motivaciones involuntarias, como errores, malas interpretaciones (la llamada etimología popular, por ejemplo) o exageraciones, o bien de la acción consciente de una o más personas que, por razones interesadas o puramente estéticas, desarrollan el embrión original. 


LA MUÑECA DE DULCE

Érase una vez un rey que sólo tenía una hija. Los reyes y la princesa solían pasear por los alrededores del palacio casi todas las tardes y en uno de sus paseos se encontraron con una gitana que se ofreció a leerle la buenaventura a la princesa. Los tres aceptaron, divertidos por la ocurrencia, pero la gitana, después de mirar la mano de la princesa, les advirtió que se cuidaran mucho del día en que cumpliera los dieciocho años porque ese día sería asesinada.

Los reyes, a medida que la princesa cumplía años, se iban inquietando al recordar la profecía de la gitana y tan grande llegó a ser su preocupación que resolvieron enviar a la princesa a un castillo que tenían y que estaba en lo más oculto del bosque y la pusieron al cuidado de un ama que tenía una hija de la misma edad que la princesa.


Allí vivieron las tres tan contentas y sin preocupaciones y fue pasando el tiempo hasta que se acercó la fecha en que la princesa debía cumplir los dieciocho.
Un día estaba la princesa asomada a una ventana del castillo cuando vio que de una cueva no lejana que desde allí se divisaba salían cuatro hombres y decidió averiguar qué hacían allí. Conque, ni corta ni perezosa, porque era una muchacha traviesa y desenvuelta y un poco cabeza loca, buscó una cuerda, se descolgó de la ventana al suelo y se encaminó a la cueva.

Una vez que entró en ella, vio que sólo había un muchacho que estaba cocinando; la cueva era una cueva de ladrones y el muchacho que estaba cocinando era el hijo del capitán; entonces esperó a que el muchacho saliera y tiró toda la comida que había preparado al suelo, por travesura, puso patas arriba todo lo que había en la cueva y se volvió al castillo.

Al día siguiente, uno de los ladrones, visto lo que había sucedido, se quedó en la cueva al acecho.

A todo esto, la princesa le contó a la hija del ama lo sucedido y determinaron acudir a la cueva las dos juntas, pero le encargó que no dijera nada a su madre de cuanto le había contado.

Conque llegaron la princesa y la hija del ama a la cueva y el ladrón las estaba esperando; las recibió muy cordialmente y se ofreció a enseñarles toda la cueva. La princesa sospechó en seguida que el ladrón llevaba malas intenciones y le dijo:

-Con gusto, pero antes vamos a poner la mesa y a probar ese guiso que tenéis ahí.

El ladrón se entretuvo en poner la mesa el tiempo suficiente para que ellas escaparan y volvieran corriendo al castillo. Y así el ladrón quedó burlado.
En vista de lo cual, al otro día decidió quedarse en la cueva el capitán de los ladrones.

Llegó la princesa sola y el capitán la atendió con gran finura y le propuso enseñarle toda la cueva hasta lo más escondido, donde guardaban sus tesoros, pero ella, que sospechó sus intenciones, le dijo:

-Luego lo veremos, pues ahora lo que quiero es mostrarte yo mi castillo.

El capitán se dijo que ésa sería una buena ocasión de conocer el castillo para poder volver más adelante a robar en él y decidió acompañarla. Como la princesa entraba y salía a escondidas de los guardianes y de los criados, cuando llegó al pie del castillo empezó a trepar por la cuerda y le dijo al capitán que la siguiera; éste empezó a subir detrás, mas en el momento en que la princesa alcanzó su ventana, cortó la cuerda y el capitán cayó quedando muy malherido y se volvió a rastras a la cueva jurando vengarse.

Entonces la princesa se disfrazó de médico y fue a la cueva para ofrecer sus servicios. Y como el capitán estaba tan magullado, le hicieron pasar en seguida.
Pidió que lo dejaran a solas con él y le dio tales friegas con ortigas que a poco lo deja en carne viva. Y al marcharse le dijo:

-¡Yo soy Rosa Verde, para que te acuerdes!

Dejó correr la princesa unos días y se disfrazó de barbero y fue a la puerta de la cueva a ofrecer sus servicios.

Y como el capitán llevaba varios días sin moverse de la cama tenía ya la barba muy crecida, así que le hicieron pasar. Y la princesa le enjabonó, abrió una navaja de afeitar mellada y le  produjo tal cantidad de cortaduras que le dejó la cara hecha un cristo.

Y al marcharse le dijo:

-¡Yo soy Rosa Verde, para que te acuerdes!

Al cabo de una semana, llegó el día en que la princesa cumplía dieciocho años y sus padres la fueron a recoger para tenerla custodiada en palacio y rodearon el palacio de guardias. Y en esto, llegó a la puerta del palacio el capitán de los ladrones disfrazado de caballero y anunció que deseaba casarse con la princesa.

Los padres la llamaron y ella, que reconoció al capitán, dijo que sí, que ella también quería casarse con él. Y allí mismo los casó el capellán.

La princesa, que sabía que el capitán había vuelto para vengarse y recelaba de él, mandó al confitero de palacio hacer una muñeca de dulce que fuera una réplica exacta de ella; y cuando llegó la hora de acostarse, acostó a la muñeca en la cama, le ató una cuerda a la cabeza para que dijera sí o no según ella deseara y se metió debajo de la cama a esperar.

Y le gritó al capitán:

-¡Ya puedes pasar!

Entró el capitán cerrando la puerta detrás de sí con cerrojo, se acercó a la cama y dijo:

-¿Te acuerdas, Rosa Verde, de que nos esparciste la comida por la cueva?

Y la muñeca asintió con la cabeza.

-¿Te acuerdas, Rosa Verde, de que me tiraste del castillo abajo?

Y la muñeca volvió a asentir.

-¿Te acuerdas, Rosa Verde, de las friegas de ortigas que me diste?

Y otra vez asintió la muñeca.

-¿Te acuerdas, Rosa Verde, del barbero que me arruinó la cara?

Y por cuarta vez asintió.

-Pues ahora vas a morir -y la muñeca negó con la cabeza.

Entonces el capitán sacó su puñal del cinto y se lo clavó en el corazón. Y saltó un chorro de almíbar a la cara del capitán y éste creyó que era la sangre y al sentir que era tan dulce, dijo:

-¡Ay, mi Rosa Verde! ¡Que yo no sabía que fueras tan dulce y ahora es cuando me pesa haberte matado! ¡Perdóname, Rosa Verde! -y lo decía lleno de sincero dolor.

Entonces la princesa salió de debajo de la cama, se abrazó a él y le dijo:

-Eres mi marido y te perdono si tú olvidas lo que yo te hice.

Y como él estuvo de acuerdo, volvieron a abrazarse para hacer las paces y vivieron felices durante muchos, muchos años.


Leyenda de amor

  Cuenta la leyenda que cuando el sol y la luna se encontraron por primera vez cayeron en una atracción amorosa, y se enamoraron locamente, ahí fue cuando empezaron una bonita historia de amor. El mundo todavía no existía, sin embargo, cuando Dios creó el universo a ellos les dio poderes de iluminación, un toque de brillo que nadie más podía tener,

 Dios también organizó un poco todo, dio funciones a cada una de ellas, al Sol le dijo que le tocaría iluminar el mundo de día, y que a la Luna le tocaría iluminar de noche, y que por ese motivo tendrían que aceptarlo y vivir separados.

 Ambos entraron en una gran depresión de lloros y tristeza, ya que al fin y al cabo ya nunca más se encontrarían, la Luna cada día estaba más triste, y es que a pesar del brillo que le había otorgado Dios, seguía estando sola sin nadie a su alrededor que le complaciera. Por otro lado, el Sol había ganado terreno, tenía el nombre de Astro Rey, pero tampoco le quitaba el vacio que le había dejado la luna, Dios se dio cuenta de esto y le llamó a los 2.

 A la luna le dijo que iluminaría las noches más frías y calientes, ya que así podrá encantar a todos los enamorados, y al sol le dijo que seguiría teniendo ese nombre de Astro Rey, ya que será el elemento más importante de la tierra, ya que durante el día dará calor al ser humano.

Leyenda del museo encantado

Felipe Suarez, había prometido a sus dos pequeños hijos, llevarlos al museo encantado, así se hacia llamar el nuevo museo que se promocionaba por todos lados, al parecer era uno de los museos mas grandes de todo el mundo y ahora estaba en la pequeña ciudad del estado de Queretaro, algo que no se había visto nunca en la región.

 El día del estreno, la gente hacia fila para entrar, pero Felipe junto con sus pequeños quisieron tomar un atajo, para ser de los primeros en entrar, y se metieron por atrás del establecimiento, total, si los encontraban, tenían los boletos pagados, que podrían hacer, pensó el padre de familia. Y así fue, se metió por la puerta trasera, pero por descuido entro en el almacén del museo encantado, en donde estaban todos las figuras de cera que presentarían, algo que no pudo creer, fue que varias de ellas se movían como si estuvieran preocupadas por el estreno.

Como es que se mueven, si son de cera, se pregunto Felipe, cuando empezó a asustarse, y asustar a los niños, sin querer tumbo algo desde donde veía a las estatuas y todas al mismo tiempo voltearon a verlo, el solo quiso correr y salir del lugar. Con un niño corriendo y otro en brazos, sin querer llego al lugar en donde se presentarían a todos, las figuras de cera, fue entonces cuando vio al encargado, que le sonrió, parecía que sabia que los había visto, solo que en ese momento empezó a entrar la gente, para esto, las figuras de cera ya estaban en el lugar de exhibición. Felipe ya no pudo salir, lo único que hizo, fue mezclarse entre las personas y esperar que abrieran la salida, ya que por la entrada, estaban todos los que no habían podido entrar, fue entonces cuando sintió un pinchazo en el brazo y unas personas lo tomaron junto con sus bebes.

 Después solo se supo que los niños, se le entregaron a la madre, pero del padre de familia nunca mas se supo el paradero, ahora es parte del repertorio de figuras de cera, del museo encantado que se sigue presentando por toda las ciudades de la región, recolectando en cada una de ellas, materia prima para su museo.



El jinete sin cabeza

Un cliente habitual de la cantina, llegó aquel día pidiendo a sus amigos unos pesos para llevar a su hijo enfermo con el doctor. Pero aquellos bribones encontraron en la desgracia de su compañero, un motivo para seguirse divirtiendo, uno de ellos le dijo: -No tenemos ni un peso, pero le comparto un secreto. Dicen que si monta al caballo negro que corre por la loma y logra domarlo, lo llevará a la cueva de su antiguo amo, que está llena de oro. Y puede agarrar lo que quiera para su chamaco-.

Por supuesto aquello era mentira, lo habían inventado en ese momento, para burlarse de su amigo. Pero el otro andaba tan desesperado que se enfiló a la loma, y sobre la rama de un árbol, esperó al caballo y se dejó caer sobre él. Con tanto relinchido y movimiento, la cabeza del hombre quedó colgada en aquella misma rama y su sangre cubrió completo los ojos del animal. La bestia emprendió la carrera, con el cuerpo del hombre a cuestas, sus manos habían quedado bien sujetas al pelaje y en unos segundos ambos cayeron por el despeñadero. Hombre y bestia estaban ahora unidos por un lazo de sangre y muerte, no se sabía cuál era uno y cual el otro.

La sangre corría como un rio salvaje, haciendo grietas en la tierra seca, que la succionaba como si estuviera sedienta, se llenó de burbujas y en un momento comenzó a arder, entre el fuego intenso, ambos cuerpos fueron tragados por la tierra.

Los sujetos no hablaron de lo sucedido a nadie, pero; en el amanecer de cada siguiente día, encontraron sobre alguna puerta la quemadura de una herradura.

La séptima noche después de lo ocurrido, entre las rocas de la cañada, un eco insistente les crispaba los nervios. Parecían cascos de caballo, que avanzaba a trote lento, dando tiempo a que todos lo escucharan, alcanzaron a divisar a lo lejos, una bola de fuego que bajaba por la loma, así que todos se fueron a refugiar a sus casas. Desde alguna pequeña grieta entre las paredes, los mirones vieron un inmenso caballo negro, cuyas patas y crin eran solamente llamas y exhalaba fuego… obedecía las ordenes de un jinete sin cabeza, que lo llevó a través de todas las puertas marcadas, y salieron cargando seis cabezas, con las que luego alimentó a la gran bestia, dejando atrás solamente los cuerpos calcinados de los impertinentes bromistas.



Dicen desde entonces en aquel pueblo: “Quien no tenga intención de ayudar a un alma en desgracia, será decapitado por el jinete sin cabeza y su cuerpo convertido en cenizas por el fuego del infierno, que el caballo negro lleva consigo”.

Había una vez una niña llamada Lucía a la que le gustaba mucho fantasear y ser creativa. Lucía era muy amada por sus padres a quienes ella cada noche les contaba cada sueño y fantasía que pasaba por su mente niña, sus padres la escuchaban con amor y la impulsaban a seguir soñando.

El gran sueño de Lucía, aparte de ser una gran dibujante, era estar en un escenario frente a un numeroso público cantando y bailando sus propias canciones inventadas e imaginaba que el público la amaba y le lanzaba rosas.

Un día Lucía vio pasar una estrella fugaz y quiso ver una muy cerca, lo deseó con tanta gana que al otro día mientras oraba a Dios del cielo la estrella entró muy lentamente a su habitación que inmediatamente se llenó de un gran resplandor.
Lucía sintió miedo y se escondió bajo la cama teniendo que salir luego porque escuchó a la estrella llorar.
Lucia intentó tocarla pero ella le habló diciendo: ­- ¡No lo hagas porque te quemarás!
-          Caí en tu mundo humano, creo que lo deseaste con tantas fuerzas que aquí estoy.
-          ¿Qué necesitas de mí?
-          ¿Tú eres una estrella fugaz? -  Dijo Lucía.
-          Sí. Cumplo tus deseos a partir de este momento – Agregó la estrella – A cambio de tus deseos yo te pido ayudarme a regresar a mi mundo.
-          Acepto – Respondió Lucía – Quiero ser cantante y me quiero llamar “La Estrella de mil canciones”.

Lucía empieza a triunfar y a viajar por diferentes países del mundo, pero la estrella de sus deseos estaba muy triste y extrañaba a su familia.

Un día en que Lucía ya era muy famosa y muy adinerada, la estrellita le contó de su tristeza. Lucía muy avergonzada por pensar solamente en ella y en su fama, le dijo que podía regresar a su casa y le pidió perdón por no pensar nada más que en su éxito.

Estrellita regresó a su mundo y Lucía muy triste por perder a su amiga, quiso regresar a casa con su familia a la que hacía mucho tiempo no veía.

A la hora de acostarse, Lucía pronunció sus oraciones y un viento fuerte abrió su ventana, era Estrellita quien desde su casa arriba en el cielo la saludaba y le agradecía por permitirle regresar. Luego Estrellita desapareció en el firmamento.

En ese momento Lucía entendió que para cumplir los sueños y crear fantasías, sólo debemos desearlo inmensamente e ir tras ellos a pesar de las dificultades, porque la vida es muy dura y sólo soñando se puede decir que vale la pena vivir y cualquier estrella sea o no sea fugaz, nos ayudará a cumplir nuestros sueños.




 



Había una vez un niño llamado Gabriel al que le gustaba mucho la lectura y también escribir cuentos, fabulas y demás. Gabriel nunca faltaba a la escuela y siempre mantenía con su mejor amigo Leandro. Leandro no tenía los mismos gustos de Gabriel pero le iba bien en todas las asignaturas y era un niño callado y hasta un poco tímido.
Un día al llegar a la casa después de la escuela, le dijo a sus padres: - ¡Papá, mamá! Me pusieron una tarea muy especial, debo representar mi historia de vida frente a un escenario de teatro. Sus padres exclamaron: _ ¡Qué maravilloso, Gabriel es increíble! y ¿Cómo lo vas a hacer?
-          Ustedes me deben ayuda, quiero contar mi historia porque he sido un niño afortunado, tengo los mejores padres.

Gabriel se fue a descansar y  a imaginar cómo lo haría.
Leandro se asomó  a la ventana de Gabriel y éste lo invito a jugar, pero Gabriel no sabía que Leandro estaba triste.
_ Gabriel, sólo venía a saludarte y a despedirme de ti y no sé si volveré a verte, quiero que sepas que eres mi mejor amigo.
-          No te entiendo Leandro, ¿Qué pasa?

La mamá de Leandro llega al lugar llorando y Gabriel le pregunta el motivo de su tristeza.
Leandro interrumpe diciendo: - “yo sufro de una enfermedad grave y contagiosa y debo alejarme con mi mamá muy lejos de aquí. El médico dice que puedo morir”
-          ¿Qué? ¿No hay una solución?

-          No creo -  respondió Leandro.
La mamá de Leandro interrumpe…  - el doctor dice que hay una flor muy especial de color dorado, pequeña y está en la más grande colina del pueblo.
-          Pues iremos tras ella,  aseguró Gabriel.

 Lo más preocupante era que Leandro la tenía que arrancar y estaba muy débil para emprender el viaje, pero su madre no desmayaría y a esta aventura se unieron los padres de Gabriel y Gabriel, sin importar que también podían correr el riesgo de contraer la enfermedad de Leandro.
No fue fácil subir la colina, a Leandro le dolía mucho el pecho y tenía demasiada tos.
 Al llegar vieron la flor dorada y se pusieron felices al verla pero Leandro estaba tan mal que se desmayó.
El susto de su madre fue enorme, puesto que Leandro no iba a poder arrancar la flor y por lo tanto moriría.
Su madre empieza a llorar desesperadamente sobre el cuerpo de Leandro, sin darse cuenta que sus lágrimas cubrían el rostro del pequeño niño.
Leandro despierta y sin perder tiempo ni dar lugar a nada más,  es llevado donde se encuentra la flor la arranca pero se dan cuenta que todas están marchitas la madre de Leandro apunto de desfallecer los invita a todos a arrodillarse y orar.
 Mientras oraban salía un destello en el cielo que hizo inmediatamente que nacieran más flores doradas y Leandro fue en busca de su flor y al arrancarla ésta tomó vida y le dijo:
-          Estas curado Leandro, debes recordar siempre que en todos los momentos de tu vida buenos o malos, jamás debes olvidar a Dios, todo se hace posible por Él.
Desde ese momento Leandro y Gabriel tuvieron presente a Dios en todas la actividades en su vida y escribieron esta historia que fue publicada y leída por toda las personas del mundo y sirvió de ejemplo hasta para aquellos que irresponsablemente dicen no creer en Dios.
Qué mejor historia de vida para representar, Gabriel fue 
aplaudido por todos y allí se encontraba su amigo, su hermano… Leandro.